jueves, 15 de enero de 2009

Con envidia sana... o quizá no tanto


Desde que los platos se han puesto las pilas para llenarse de sopa caliente los días de invierno, en esta casa hemos tenido los dientes largos. Entre otras cosas porque nuestro horno dejó de funcionar hace unos meses y no podíamos gratinar. Pero maravillas de la técnica, Franki manipuló todos los botonoes y deshizo el entuerto iratiano y voilá! El horno vuelve a funcionar. Así que pudimos hacer unas sopas de cebolla con pan tostado y queso gratinado para chuparse los dedos y picar a plato, que sabemos que se pica, sí, sí. Receta sencillísima y similar a alguna suyo, en fin. La originalidad en la cocina para Adrià. Freír cebolla (2 cebollas) en mantequilla (30g), añadir caldo de verdura, sal, pimienta, un poquito de brandy y dejar cocer 10 minutos. Después servirla en los cuencos, poner el pan tostado y el queso (50g/ persona) y a gratinar.

2 comentarios:

mane dijo...

Qué rica la sopaaaa! Para cuándo una "trobada internacional de sopetes caseres"??? (sí, sí, ya me he picao.)

Oso dijo...

Por favor, pero si se nota un montón que esta entrada tiene publicidad subliminal del Partido Comunista Francés. Ahora, la sopa, tiene una pinta... ¡Ñam!