viernes, 17 de agosto de 2012

Coincidencias de la vida

Como repite últimamente mucho una cabra loca que anda un poco iluminada o mejor dicho, mucho mejor enfocada... El caso es que el otro día leía un post de lovelydesign en que hablaba de cómo había dejado de hacer manualidades con su pequeño, o más bien de cómo no había encontrado la manera de hacerlas con él todavía. A pesar de que con su hija mayor había hecho un montón. Pues justamente ese mismo día yo había roto el hielo en el mismo tema.


Desde que Lluc ha dejado de hacer dos siestas (hace muuuuvcho tiempo) y que ha empezado a llegar a todas partes, he dejado de hacer cositas con Irati, desde plastilina casera, pintar con temperas, jugar con hielos de colores, etc Me he vuelto un poco perezosa para recoger la que se lía después, etc. Que os voy a contar. Bueno tanto rollo para contaros que el otro día pintamos con leche condensada y colorante alimenticio y que fue genial, los dos se lo pasaron muy bien y a parte de un babero que ha quedado como si alguien se zampara un kilo entero de cerezas con él puesto no hubo demasiado jaleo ni estrés.






Para ser sincera, teniendo en cuenta que Lluc se comía todo el rato el pincel, ayudó mucho que la pintura no sólo no fuera tóxica, si no que además fuera comestible.


 Mientras limpiaba la bandeja de la pintura con agua, los colores se fueron mezclando hasta que apareció esta paleta de rosas y lilas, que contra todo pronóstico me alucinó mucho más a mí que a Irati. Ya veis que el rojo predominaba, así que la boca de Lluc acabó un poco gore, intenté hacer alguna foto que lo demostrará, pero fue mejor correr como una loca tras él para meterlo en la bañera antes de tener que limpiar toda la cocina...



Por cierto, aviso a navegantes el colorante alimenticio es un poco criminal para limpiarlo de la ropa.




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