viernes, 5 de octubre de 2012

Joyas

Llevo tiempo pensando posts que no sólo no publico, sino que tampoco escribo. No ha habido manera, hasta que ayer llegaron refuerzos donostiarras y ahora disfruto de unos instantes para mi persona cuando todavía hay luz para sacar fotos.

Así que os voy a mostrar una de nuestras joyas.

Me lo regalaron cuando era pequeña y ahora es uno de los preferidos de Irati (después de cualquier libro que huela a princesas o a Disney). Le gusta mucho y me encanta que le guste. Las ilustraciones son buenísimas y la historia como indica el título trata de cómo unas lavanderas se hartan y mandan a hacer puñetas no sólo a su jefe, también a su estilo de vida y acaban viviendo en el monte con unos leñadores... Demasiados detalles para reproducirlos aquí. Dan ganas de seguir su ejemplo. Quizá le proponga a Franki que se deje greñas y melenas como los leñadores del cuento ;-)

Así que cuando hace unos meses vi en Kireei esta entrada sobre lectura con un decálogo de los derechos del lector ilustrados por Quentin Blake me dieron muchas ganas de compartir este libro con vosotras. (Lo siento chicos, las nenas son mayoría entre los seguidores de este blog).

Aquí podéis ver el traspaso de propiedades al largo del tiempo.
Ojalà a Lluc también le guste tanto y pille ejemplo de estos magníficos chicarrones.

3 comentarios:

plato dijo...

Muy gráfico el traspaso de antiguos a nuevos dueños!
Bonita herencia :)

Oso dijo...

Es precioso. No sabes las ganas que tengo de comprobar si los mismos libros que me enternecieron o me fascinaron a mí tendrán el mismo efecto en mis hijas. Lo malo es que, los que recuerdo con más cariño, son para niños más mayores, así que tendré que esperar.
Precioso post.

purgui dijo...

Me gusta leeros, chicas, qué sería este blog sin vuestros comentarios. A ver si pillo vuelo.